Ruido
Un golpe seco y sigiloso
emerge como algo inevitable
se posa detrás de tu pelo
y lo revuelve
despeina tus señales como un
virus.
Se agita como la corriente
entre la turbulencia de sus
aguas.
Se enquista en tu yo más íntimo
con su ritmo penetrante
lentamente te apaga
y ralentiza tu optimismo.
Estás ausente y contrariada
primer síntoma: la falta de voluntad
lo achacas al cansancio del día a
día
a sobrevivir esquivando
sobresaltos
y sofocando los fuegos de las
circunstancias.
Se expande entre el asfalto y el
cemento
de las ciudades
como la vorágine que agita las
redes
y su volumen sube y sube
entonces tu cerebro se confunde.
No responde,
vibran las alertas
y en un clic la confusión.
No dice nada,
sin embargo, juega a ser indispensable
con la versatilidad de sus máscaras.
En el fondo solo se burla de ti,
poco a poco te despoja y te deja
sin luz.
María
GERMANA MATTA
12 de julio de 2020